Tal día como hoy
de 2002 Dio tocaba en Barcelona.
Siempre era una buena
noticia la publicación de un nuevo disco del grandioso Dio, ya que significaba una nueva gira mundial. Desde Dream Evil de
1987 sus discos, pese a tener buenos momentos, no llegaban a la altura de Holy Diver o The Last In Line. Los 90s, como para muchos otros grupos, fue un
dura travesía por una industria que intentaba arrinconar a “viejas glorias”
del pasado. Strange Highways (1993)
o Angry Machines (1996) eran discos
muy flojos, poco inspirados, que mostraban a un Dio un tanto perdido en un panorama musical en el que intentaba
erróneamente encajar.