Quien más o quien menos, durante esta extraña y dura época de confinamiento que nos ha tocado vivir, se ha refugiado en la música. Sin duda ha sido (y es) una gran válvula de escape y un magnífico refugio. Es una buena oportunidad para descubrir nuevas bandas, para escuchar aquellos discos pendientes o para redescubrir aquellos discos que nos han marcado de por vida. Es el caso de Manel Vera, redactor y amigo de este blog, que nos ha hecho llegar pequeñas reseñas de algunos discos que siempre había querido reseñar y ahora ha encontrado el momento y sitio adecuados.
Hoy le ha tocado a todo un clásico de Iron Maiden: Powerslave, publicado en 1984.