Recuerdo
perfectamente el momento en que me compré el Lovehunter de Whitesnake.
Era un sábado por la tarde, en la monumental y efímera Virgin Megastore de Barcelona, a mediados de
los años 90s. Hasta ese momento sólo conocía el homónimo disco de la banda (más
conocido cómo 1987) y
tenía clasificados a Whitesnake como
una banda Heavy de
pelos encrespados, pero con un cantante de gran carisma y personalidad.
Gracias
al ridículo precio y a la explicita portada de Lovehunter no pude resistirme y me lo llevé a casa. Cuando
empezaron a sonar las primeras notas de la melancólica Long Way From Home no había ni rastro de guitarras estridentes, ni
de estratosféricos y forzados gritos agudos, ni de pomposas producciones…sólo una colección
temas de puro hard rock, con pinceladas blues y mucha calidad.