"La primera norma del punk-rock es que no hay normas".
Eso asegura Vanian y eso es lo que The Damned han practicado siempre.
La expectación era máxima con una sala
llena de un público variopinto: punks, heavys, siniestros... las ganas de ver al grupo se palpaban en el ambiente. No era para menos. No todos
los días se tiene la oportunidad de ver a un grupo legendario que, lejos de
sonar caduco o desfasado, suena muy potente y actual, con un directo
demoledor.