Anthrax con Belladona siempre me habían gustado,
pero cuando cayó en mis manos el Sound
Of White Noise en 1992 aquello me voló la cabeza. No sólo la voz de John Bush, poderosa y llena de matices,
le daba un necesario aire renovador a la banda, sino que el sonido general del
disco elevaba al grupo a otro nivel. Un nivel muy superior. Anthrax siempre se habían caracterizado
por no estancarse en un único estilo y por saber evolucionar, el factor
sorpresa siempre había estado en el ADN del grupo.
Sound Of A White Noise supuso un paso
de gigante para una banda que necesitaba una reinvención urgente. Con la
entrada de los años 90s, con el grunge a la vuelta de la esquina, las “viejas”
bandas tenían que renovarse o caer en el más absoluto ostracismo. Y, sin duda, Anthrax consiguieron darle
una nueva vuelta de tuerca a un estilo musical que lo pedía a gritos. Sound Of White Noise es uno de los
pilares del heavy metal de los 90s
que influyó, y mucho, en el sonido de muchas bandas venideras. Con este disco Anthrax se ponían al mismo nivel que los
Metallica del Black Album o los Pantera
del Vulgar Display Of Power, aunque
las ventas fueran diametralmente opuestas.