En
1990 el inquieto DLR se había quedado
de nuevo sin guitarrista. Tras trabajar en sus dos anteriores discos con todo
un Steve Vai, y el hecho de haber
trabajado durante años con el mago de las seis cuerdas Eddie Van Halen, ponía el listón muy alto a la hora de elegir un
nuevo guitarrista. Pero Dave estaba
muy bien asesorado y pronto llegaron a sus oídos las hazañas guitarreras de un
joven de 19 años que estaba llamado a ser el nuevo Malmsteen, el nuevo Blackmore
o el nuevo Van Halen. Al ver las
cualidades técnicas del joven Jason
Becker, Dave no dudó ni un
segundo. Ya tenía un nuevo fichaje a la altura de las circunstancias.
El joven Becker reunía todas las cualidades
necesarias: técnica, talento, feeling,era joven y no paraba quieto a la hora de tocar. Perfecto para el show de Dave. Además, el hecho de poder unirse
a la DLR Band le proporcionaba a Jason el billete directo a la primera
división del show business. Tras trabajar duro, por fin lo había conseguido.
Desgraciadamente el sueño se rompió pronto. Al poco de iniciar las sesiones de
grabación Jason empezó a sentir
molestias musculares, primero en las piernas y poco a poco en todo el cuerpo.
Las pruebas médicas dieron el peor de los resultados: Esclerosis Lateral
Amiotrófica (ELA). Jason Becker sólo
puedo grabar las guitarras del disco y, debido a su rápido deterioro físico, no
pudo salir de gira con Dave.
Actualmente
Jason Becker aún vive y, todo y estar
paralizado de cuerpo entero a excepción de ojos y boca, continúa componiendo música
y editando discos gracias a la ayuda de la informática. La vida de este gran héroe
la podéis ver en el devastador, pero excelente documental, Jason Becker, Not Dead Yet (2012).
Volviendo
al disco, el año 1991 era un tanto complicado para todo un entertainer como Dave Lee
Roth. La sombra del movimiento grunge empezaba a ser enorme y tipos “superficiales” como Dave no eran muy bien vistos. El hecho de que los “polémicos”
videoclips de los singles A Lil’ Ain’t
Enough y Sensibles Shoes fueran
censurados en la puritana MTV
tampoco ayudó a que el disco se vendiese como debería haberlo hecho.
El
reputado Bob Rock, que ese año
también se metió en el estudio para grabar el Black Album de Metallica,
se encargó de la producción del disco consiguiendo una producción muy
equilibrada, donde todos los instrumentos suenan en su sitio. El álbum es ligeramente
inferior a sus dos anteriores trabajos, pero en conjunto es un disco con una
calidad fuera de toda duda. Evidentemente el trabajo de Jason a las guitarras es excelente, demostrando su versatilidad en
todo momento. El acelerado tema It’s
Showtime (toda una declaración de principios) es uno de los pocos temas compuesto
por Dave y Becker y una demostración del talento de Becker a las seis cuerdas. Un tema que perfectamente se podría haber
incluido en el 1984 de Van Halen. El otro tema compuesto por
ambos es el que cierra el álbum, Drop In
The Bucket, que se abre con una
acústica y un solo demoledor. Otra demostración de la buena química entre ambos
músicos.
El disco es una fiesta de principio a fin, un disco 100% DLR, donde no faltan temas vacilones y divertidos como The Dogtown Shuffle, Lady Luck o Hammerhead Shark con la guitarra slide de Becker.
Pese
a ser el disco con el que David Lee Roth
cerró una etapa y empezó un nuevo camino es un trabajo muy disfrutable. Al
estar bajo la sombra de dos monstruos como Eat’em And Smile y Skyscraper, ha quedado
un tanto olvidado, pero si lo recuperáis sin duda os hará pasar un muy buen rato.
No hay comentarios :
Publicar un comentario