The Hellacopters, 18 de septiembre de 2008. Sala Razzmatazz2, Barcelona.

Tal día como hoy de 2008 The Hellacopters tocaban, por última vez, en Barcelona

La sala Razzmatazz2 llena a reventar para ver el Farewell Tour de unas de las mejores bandas suecas surgidas a mediados de los 90s.

Como bien dijo Nick Royale durante el concierto “this is not a funeral, it’s a party” haciendo referencia a la que sería la última oportunidad de ver a The Hellacopters sobre un escenario…y eso fue precisamente lo que nos ofrecieron The Hellacopters esa calurosa noche en la sala Razzmatazz, una verdadera fiesta de hard rock.

Reconozco que no tenía controlados más que un par de discos de los suecos, pero al ser el tour de despedida y tras leer diversos elogios sobre los directos de la banda, fui a verles. Esto de anunciar giras de despedida siempre ha sido una gran estrategia de marketing y tenemos infinidad de ejemplos de bandas que, año tras año, anuncian giras de despedida que después no resultan ser definitivas. En el caso de The Hellacopters la estrategia también funcionó, todo y que dudo que ellos vayan de farol ya que parece que Royale ha dado carpetazo definitivo al proyecto.

Con esta premisa de despedida el ambiente, ya antes de que saliesen a escena, era de fiesta total. Había ganas de The Hellacopters y más en una ocasión como esta. Así que cuando salieron a escena ya tenían al público entregado de antemano. Entre humo y guitarrazos se distinguía la emblemática indumentaria de Royale que salió, como el resto del grupo, a darlo todo.

Durante una hora y media The Hellacopters repasaron grandes temas de su discografía como No Songs Unheard, Hopeless Case Of A Kid Denied, Hey, Soulseller y algunas versiones incluidas en el que fue su último disco, Head Off (Electrocute de Demons y In The Sign Of The Octopuss de The Robots). Uno de los momentos álgidos de la noche fue la enérgica interpretación de Toys & Flavors, un tema que por sí solo ya vale el precio de la entrada. 

The Hellacopters se despidieron a lo grande, dejando el pódium bien alto, con una buena discografía y dejándolo cuando aún estaban en plena forma. Un acto realmente coherente, que pocas veces se ve en el mundillo del rock.

Aquí tenéis la crónica que hizo Senén Armengol Casas en su día para la revista Rock Popular1: