Trece años han pasado
desde que The Darkness irrumpiesen en el mundillo musical con
aquel magnífico Permission To Land. Un debut que con el que más de
uno quiso ver en The Darkness el "the next big
thing" del hard rock 80s. Y no era para menos. Permission
To Land es una colección de temas que suenan frescos convirtiendose en
pequeños himnos desde la primera escucha. Con grandes dosis de humor, una
imagen que no dejaba a nadie indiferente, grandes estribillos y con la prensa
musical británica aupándolos al podio de los más grandes, The Darkness consiguieron
copar las listas de ventas y de radios de medio Mundo. Desgraciadamente el
éxito prematuro, junto a los problemas de adicción de Justin Hawkins,
acabaron con la separación del grupo en 2006. Seis años después volvían con el
más que correcto Hot Cakes. Ahora, una vez superadas las
adicciones, vienen presentando su nuevo disco Last Of Our Kinds.
Con Barbarian,
de su último disco, iniciaron un concierto que fue puro entretenimiento. Los
temas, sobre todo los del disco de debut, fueron coreados de principio a fin,
como verdaderos himnos. El peso del Permission To Land en el setlist fue
demoledor ya que sonó prácticamente entero. Justin Hawkins es
todo un rock star que se comportó como si estuviese en el Wembley
Stadium. Un verdadero showman de infinita
energía, carisma desbordante y con ese toque de humor británico tan
característico. El escenario se le quedaba pequeño yendo de una punta a otra,
bromeando constantemente. Solo dos protagonistas espontáneos consiguieron robar
algo de protagonismo al histriónico Justin:
Fernando, el roadie, víctima de sus constantes bromas y Nora, una niña de unos 10 años, a la que Justin invitó al escenario para acompañarlos con la encantadora Friday Night. Un momento entrañable.
Eso sí, ante todo y a
pesar de las constantes bromas de Justin, The Darkness en
directo es una banda sólida que suena de maravilla. Justin está pletórico a las voces y a las guitarras, Dan
Hawkins a la guitarra es el complemento perfecto para su hermano Justin. Frankie
Poullain, con su icónico mostacho y ese look
salido de la película Fiebre Del Sábado
Noche, asiste impertérrito al espectáculo.
Siempre ha habido
conexiones más que evidentes entre The Darkness y Queen:
el increíble falsete de Justin (que por cierto va sobrado de
voz en directo) recuerda a veces al gran Freddie Mercury, su
segundo disco fue producido por Roy Thomas Baker (el productor
clásico de Queen) y ahora Rufus “Tiger” Taylor,
hijo del batería de Queen Roger Taylor, sustituye
al batería original Ed Graham. Rufus,
aparte de ser la viva imagen
de su padre, no lo hace nada mal.
El ritmo no decayó en ningún momento y la fiesta acabó a lo grande, con Justin paseándose a hombros entre el público mientras alargaban su Love On the Rocks With No Ice.
Si eres de los que
crees que The Darkness son una parodia en sí mismo, tienes
toda la razón. Si además crees que son un conjunto de cliches rockeros pues
también tienes razón. Pero es que cuando una banda espeta un "si, somos rock
stars. Acéptalo!!" no queda otra que verlo todo con cierto humor y
dejarte llevar por la diversión. Si además todo ello lo sazonamos con himnos de
la talla de Growing On Me, Friday Night, Love
Is Only A Feeling, English
Country Garden, I Believe In A Thing Called Love, One Way Ticket To Hell
And Back o Get Your Hands Off My Woman pues
resulta un coctel altamente adictivo y entretenido...y es que a fin de
cuentas ¿no trata de eso el Rock'n'Roll?
Crónica aparecida en su día en al revista Rock Popular1:
Crónica aparecida en su día en al revista Rock Popular1:
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