Graveyard es una de esas bandas que sabes que en directo nunca fallan. Tuve la
oportunidad de verles en su gira de presentación del que es para mí su mejor
disco hasta la fecha, Lights Out, en
2013, y fue un gran concierto. Me consta que este año en el Azkena también destacaron sobremanera.
Estaba claro que el concierto de la Sala
Boveda de Barcelona no iba a ser menos.
Los suecos se encontraron con una sala a reventar en el momento que
subían al escenario, no en vano habían agotado entradas días antes. Se notaba
que había ganas de verles. Tras colgarse su elegante Gibson ES-335 roja, que no abandonó en ningún momento del
concierto, Joakim Nilsson acarició
los primeros acordes de Slow Motion
Countdown. No es extraño que Graveyard
inicien el concierto con uno de sus exquisitos medios tiempos, salpicados de
suave psicodelia, ya que te atrapan sutilmente con sus in crescendos.
Continuaron con No
Good Mr.Holden introduciéndonos plenamente en su propuesta musical llena del blues más agresivo, hard rock y guitarrazos setenteros. Hasta su preséncia estética está marcada por la década de los 70. La entrega total del público, si es que
quedaba aún algún despistado en la sala, llegó con ese gran tema que es An Industry Of Murder del Lights Out. La banda sonaba potente y
compacta y la versátil voz de Nilsson,
llena de matices, es una de las grandes
bazas de la banda.
Con la enérgica Magnetic Schunk iniciaron el que sería
un buen repaso a su último disco que, no siendo mi preferido, tiene muy
buenos momentos. Los nuevos temas, en directo, ganan muchos enteros: The Apple & The Tree, Exit 97, Cause & Defect o la hendrixiana From Hole In The Wall (con el bajista Truls Mörck a las voces) son buenas muestras de que el último disco no está nada mal.
También de su último disco
tocaron la sosegada Too Much Is Not Enough, un
tema lleno de soul (aunque eché de
menos los coros Gospel de estudio). Puro
feeling con una gran demostración
vocal por parte de Joakim Nilsson.
Tras el repaso a su último disco
llegó la rabiosa Granny & Davis,
de su primer disco, seguida de Hisingen
Blues que fue recibida como el gran clásico que ya es.
Recta final con la banda y
público totalmente entregados…y no es para menos con temas del calibre de Buying Truth, The Suits, The
Law & The Uniform, Uncomfortably Numb, Goliath y una brutal Ain't Fit to Live Here (quizás mi tema
preferido de la banda y, a tenor de la respuesta del público, también de la
mayoría de fans).
The Siren cerró el concierto apoteósicamente con los guitarrazos compartidos entre Nilsson y Jonatan Larocca volando por
doquier.
Una hora y cuarto,
breve pero intensa, en la que no cabe duda de que tanto banda como público aprovechamos
cada segundo al máximo
Texto y fotos: TheOutlaw76
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