A raíz de la
edición de su último disco Moving
Mountains (hace apenas unos meses) descubrí a esta banda sueca. Reconozco
que el disco suena bien y tiene buenos momentos, pero recuerda irremediablemente
a bandas coetáneas, con mujer al frente, como Blues Pills o Saint Jude.
Todas ellas practican un potente blues-rock
de raíces setenteras y la gran similitud, sobre todo entre las voces de Marica Svensson y Elin Larsson (de los también suecos Blues Pills), hacen que las comparaciones sean inevitables. Pero nada
mejor que dejarse llevar por la curiosidad y acercarse a la genuina sala Rocksound para comprobar cómo se las
gastan en directo. Si,The Black Marbles
y las otras bandas citadas tienen puntos en común, pero el convincente directo
de los de Göteborg disipa toda
duda y los aleja de innecesariascomparaciones.
The Black Marbles empezaron el concierto de forma directa y
contundente, con Starlight, el tema
que abre su último disco seguido sin pausa por Night And Day, de su anterior Made
In Concrete. Los temas de su primer
disco adquieren nuevos matices gracias sobretodo a la maravillosa voz de Marica que, en directo, es mucho más
poderosa que lo que muestra el disco.
Krister Selander al bajo y Tobbe
Bovik tras los parches se encargaron de dotar a la banda de una sólida base
rítmica. Rickard Lindberg, a la
guitarra, escupía sin parar
guitarrazos con aroma de rock clásico setentero. Coló, como quien
no quiere la cosa, el brutal riff del
Symptom Of The Universe de Black Sabbath en Stain My Eyes y, para cuando llegaron Nite Of The Tiger y Little
Sun, los pocos asistentes allí presentes, ya estábamos totalmente
entregados.
La banda presentaba
su flamante nuevo disco Moving Mountains,
que tocaron íntegramente, intercalando temas de sus anteriores trabajos como Poor Boy Blues, Best Believe It o Free Your
Mind.
En el momento de
presentar a los miembros del grupo Marica
aprovechó para bromear con el significado de su nombre en castellano,
demostrando una vez más su gran simpatía y sentido del humor. La banda se
mostró en todo momento agradecida y eufórica por la cálida respuesta del
público que, aunque reducido, se entregó desde el primer tema. Tiene mérito
venir desde Suecia, encontrarse con apenas 50 personas en la sala y, a pesar de
todo, entregarse sobre el escenario como si tocasen para 300.
Hacia la recta
final del concierto Marica cogió la
acústica para interpretar Fallen.
Una vez más la joven cantante demostró toda su riqueza vocal con este tema poppie de aires country-folk. Con Young Boy, uno de los mejores temas de
su último disco, dieron por finalizado un concierto que fue toda una lección de
buen hard rock-blues old school.
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