High & Mighty, el noveno disco de Uriah Heep, representó un
fiasco en una carrera ascendente y llena de grandes discos. Varios fueron los
factores externos e internos que confluyeron para que el disco no fuese todo lo
bien recibido que esperaban.
El disco dejaba entrever el desgaste
de la banda y consolidaba la ya iniciada carrera de Byron sin Uriah Heep. De hecho, algunos de los temas de este disco,
hubiesen encajado mejor en sus álbumes en solitario.
El disco se abre con One Way Or Another, un tema con un
buen riff de guitarra, unas bonitas
melodías vocales y esos característicos coros que hacen tan identificable el
sonido Heep. Curiosamente la canción
no la canta Byron, sino que son John Wetton y Ken Hensley quienes se encargan estupendamente de las tareas
vocales. Es, junto con Name Of The Game
y Make A Little Love, de los temas más netamente rockeros del disco.
Weep In Silence es un medio tiempo de delicadas guitarras, con la
preciosa voz de Byron como
protagonista absoluto que, junto a Misty Eyes (otro de esos temas mágicos que
te ayuda a soñar despierto) son dos de las composiciones más inspiradas del disco.
Lejos quedan los temas épicos y
cercanos al progresivo para dejar paso a unos temas directos y llenos de
pinceladas hard y pop que no siempre convencen: Can't Keep A Good Band Down, Can't Stop
Singing (un refrescante tema lleno de soul)
o la cabaretera Woman Of The World
son algunos de ellos.
En
Midnight los sintetizadores de Ken
Hensley, junto a las guitarras de
Mick Box, crean la atmosfera
ideal para que la mágica voz de Byron
brille con luz propia. Un tema repleto de celestiales coros y de imposibles
falsetes, que se erige como uno de los mejores temas del disco. Junto a Footprints In The Snow nos recuerdan a
los mejores Heep.
El trabajo de Hensley a los teclados no es siempre satisfactorio y nos confirma
porque esos sonidos tan desfasados condenaron a algunas bandas al ostracismo total.
El binomio Hensley/Byron vuelve a funcionar a la perfección en Confessions, el tema que cierra el
disco de una manera elegante y delicada, con un Byron que parece confesarse y arrepentirse
de acciones pasadas.
Mención aparte merece Wetton (fallecido en enero del 2017),
cuyo trabajo al bajo durante todo el disco es una verdadera delicia.
High & Mighty palidece ante discos anteriores del calibre
de Demons & Wizards, Salisbury o The Magician's Birthday pero, tan solo por ser el último disco que
grabasen junto al gran David Byron,
ya vale la pena desempolvarlo de vez en cuando. Eso sí, tan solo apto para fans
de los Heep.
Siempre lo último de las grandes bandas son los peores discos.
ResponderEliminarEn este caso hay que ponerse en la época.
Este grupo en particular es tan bueno que el peor de todos es mucho mejor que el mejor de algunos...
En mi vida he conocido a una banda con tanta genialidad a la hora de componer.
Ya les gustaría a muchos tener esa capacidad.
Muchas gracias.
¡¡Larga vida al rock and Roll!!
Totalmente de acuerdo
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