Hoy, en “discos confinados”, Manel Vera reseña el We Are Motörhead (2000). Con una brutal portada, a cargo de Joe Patagno (ilustrador habitual de la banda y autor de sus más icónicas portadas), Motörhead inaguró el nuevo siglo con un álbum de lo más disfrutable. El propio Lemmy, en el documental No Guts No Glory, declaró que “…creo que We Are Motörhead fue un álbum mucho mejor del crédito que obtuvo en su momento.” Y, ¿Quiénes somos nosotros para llevarle la contraria a Lemmy?
Tras Snake Bite
Love (1999), un disco en el que transitaron por una zona de estancamiento del
cual sí que introdujeron algún tema reseñable, llegó, afortunadamente, este We
Are Motorhead para celebrar su 25 aniversario a la altura de su carrera.
¿Cómo quedarse impasible ante el inicio speedico de See Me Burning, con su entrada de batería triunfal? Tras el speed nos llega Slow Dance, que nos traslada a un medio tiempo en una zona de recreación musical.
Para que el pistón
siga activo,Stay Out of Jail nos recuerda que estas escuchando Motörhead, ahí
es nada.
Continuamos con
la versión de los Sex Pistols, God Save the Queen, con la interpretación más punk
del disco (un claro homenaje a las amistades de Lemmy en ese colectivo) que nos
sirve de aperitivo a la speedica/rockanrolera Out to Lunch, frenesí rockero al
más alto nivel.
Wake the Dead,
originalidad en un medio tiempo acelerado, con una parte intermedia brutal,
Lemmy está de dulce.
Con One More Fucking Time nos llega la parte más intimista de esta gran formación. Y es que se tiene que ser muy grande, tener algo diferente, una larga vida a tus espaldas para poder imaginar, tan siquiera, tocar algo así.
Se acabó la relajación. La nostalgia está bien, pero
debemos dar un salto hacia adelante… y qué mejor manera que con la enérgica Stagefright/Crash
& Burn o (Wearing Your) Heart on Your Sleeve. Todo ello hasta llegar al éxtasis
total con la “clásica” We are Motorhead. Sublime.
El conjunto del disco nos trae una producción de primer nivel, de las mejores de ellos, con claridad se integran los instrumentos. Los músicos están especialmente sueltos, sin presión y eso se nota pues nos regalan unas construcciones musicales de altura.
Siempre será uno de sus mejores discos del siglo XXI y, por ende, de la carrera de Motörhead.
Texto: Manel Vera.
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