A mediados de los años 90s Kyuss
surgieron de manera silenciosa y pusieron las bases para lo que sería
denominado como Stoner Rock. En su
momento, como suele pasar en muchos casos, Kyuss
pasaron bastante desapercibidos para el gran público y acabaron por disolverse
tras un EP y cuatro potentísimos álbumes.
Y es que el sonido de Kyuss, el
sonido Stoner, te lleva al corazón
del desierto. Puedes sentir el calor abrasador del sol y la aspereza de la arena
a través de los altavoces.
Con las bases ya bien asentadas en su anterior joya, Blues For The Red Sun, Kyuss
dieron un paso más y acabaron de perfilar un sonido único, gracias en parte
también al productor Chris Gross. El
grupo estaba formado por cuatro jóvenes: a las voces, poderoso e inconfundible,
John Garcia, a las guitarras Josh Homme, Brant Bjork a la batería y, como único cambio respecto a la
formación anterior, Scott Reeder al
bajo.
El disco se divide en tres actos, abriéndose el primero con Gardenia. Un riff mastodóntico nos da la bienvenida a este Sky Valley de un modo abrumador, con una verdadera muralla sónica.
Uno de los temas clásicos de Kyuss y
del género Stoner.
La inquietante Asteroid nos
acompaña hacia un viaje lisérgico, no sabemos bien bien hacia donde, pero es relajante
hasta que llega Supa Scoopa And Mighty
Scoop y nos despierta bruscamente del letargo, cerrando este primer acto. 100º y Space Cadet abren el segundo acto y cierran la primera cara del
disco, con un nivel altísimo.
La enigmática e hipnótica Demon
Cleaner abre la segunda cara para seguir con Odyssey que es como uno
de esos coches destartalados que va a toda velocidad por cualquier carretera
polvorienta del desierto. La banda no deja respiro alguno y no baja de
revoluciones con Conan Troutman.
Whitewater cierra, de forma
magistral, un disco clave para entender la renovación de un género y la segunda
mitad de los años 90.
Uno de los pocos discos que viene con instrucciones: “listen without distraction”.
Nunca unas instrucciones fueron tan indicadas y es que este disco se ha de
escuchar poniendo todos los sentidos en él. Un disco que se disfruta surco a
surco y que gana con cada nueva escucha.
El riff de Gardenia me parece uno de los mejores momentos de la música de los noventa. Siempre los admiré; me parecía que era la banda que mejor asimiló la influencia de Black Sabbath; y en sus discos se nota. John García y Josh Homme, qué cracks.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo...el mejor grupo de ese movimiento Stoner
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