Thin Lizzy estaban grabando lo que sería una de sus obras capitales, el magnífico Black Rose y, ya sin Robertson, fueron Gary Moore y Scott Gorham quienes finalmente acabarían grabando todas las guitarras en ese mítico disco.A parte de substituir a Robertson tanto en estudio como en directo, Moore estaba acabando de dar forma a este Back On The Streets, que contó con la colaboración de varios músicos de renombre: Simon Phillips a la batería (Jeff Beck, Judas Priest, Jack Bruce, MSG y un largo etcétera), Brian Downey de Thin Lizzy (también a la batería), John Mole al bajo (bajista habitual de Colosseum II), Don Airey a los teclados y, evidentemente, Phil Lynott. Éste, como gratitud por la ayuda brindada en Thin Lizzy, se ofreció para componer, tocar y cantar en algunas de las canciones, resultando ser las mejores del disco.
Back On The Streets abre el ecléctico disco. Un trallazo de puro hard rock, muy en la línea Thin Lizzy, con un riff matador y unos solos que son pura energía. Fanatical Fascists (en la que también colabora Lynott) es otro de los temas más hard rockeros del disco, con la guitarra de Moore totalmente desbocada y salvaje, desprendiendo feeling y adrenalina por los cuatro costados. Las revoluciones bajan con una versión suavizada de Don't Believe A Word, el clásico de los Lizzy. Las voces de Moore y Lynott se complementan a la perfección, puro sentimiento. El bajo de Lynott arropa la guitarra más bluesera de Moore, y es que el blues siempre fue una de las mayores influencias del irlandés.
Los virtuosismos instrumentales de Flight Of The Snow Moose, Hurricane y la bizarra What Would You Rather Bee Or A Wasp rompen completamente el ritmo del disco. No se trata de malos temas, todo lo contrario (la calidad instrumental de Gary Moore y del resto de músicos está fuera de toda duda), pero simplemente son temas que no esperas encontrarte en un disco que parecía orientado hacia el hard rock, con temas rockeros y directos. Dichos temas, de inclinación jazz-fusión parecen descartes de Colosseum II y, junto a la insípida balada Song For Donna (dedicada a la novia de Moore en esa época, Donna Campbell, quien también colabora en la composición de algunos de los temas), hacen bajar muchos puntos a un disco que apuntaba maneras.
Afortunadamente cierra el disco una de las canciones más bellas de la historia del rock. La nostálgica Parisienne Walkways. Nunca la conjunción de las voces de Moore y Lynott había sonado tan melancólica como en este tema. El solo de Moore, inspirado en el tema Blue Bossa del músico de jazz Kenny Dorham, es de los más emotivos que grabó jamás. Parisienne Walkways ya justifica por sí sola la compra del disco y se convirtió en uno de los estandartes de Gary Moore, que nunca dejó de tocar en directo.
A pesar de que se podrían descartar la mitad de los temas, Back On The Streets es un disco indispensable para entender la evolución de Gary Moore. Un disco a medio camino entre sus sonoridades jazz-fusión de Colosseum II y sus aventuras hardrockeras en Thin Lizzy. Poco después Moore abandonaría definitivamente Thin Lizzy para volcarse totalmente en su carrera en solitario. Si obviamos el curioso intento de formar una banda propia con G-Force (1980) la carrera de Moore despegó definitivamente con la publicación del brillante Corridors Of Power (1982)...pero eso ya es otra historia...
Como de costumbre excelente reseña. Me encanta este disco con sus momentos buenos y sus momentos malos. No sé la de veces que habré pinchado Back on the street.
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