Tras la publicación de No More Tears en 1991 Ozzy anunció que ese sería su último disco
antes de retirarse definitivamente del mundo de la música. La retirada parecía
definitiva y más tras la gira de presentación del disco, bautizada con el
explícito nombre de No More
Tours Tour. Ozzy no tardó mucho en darse cuenta que
estar en casa era un suplicio. Tal y cómo el mismo declaró en una entrevista de aquella época: “si tú te quedases en casa, día tras día, durante tres años
con tu esposa y una casa llena de niños gritando… ¡también te gustaría volver a
la carretera! ".
A mediados de 1994 Ozzy se juntó con Steve Vai y Bob
Daisley para dar forma al
disco. Parece ser que Vai y Ozzy no acabaron de entenderse (ya sabéis
las manidas “diferencias musicales”) y Vai abandonó el proyecto, siendo
sustituido por Zakk Wylde,
que ya había debutado junto a Ozzy en el citado No More Tears.
Vai y Ozzy llegaron a tener listos hasta ocho
temas, aunque únicamente el medio tiempo My Little Man vio la luz definitivamente en este Ozzmosis. Y la verdad es
que la peculiar voz de Ozzy no queda nada mal junto a las
marcianas guitarras de Vai.
Hubiese sido curioso escuchar el disco entero con Vai a las guitarras.
La banda que finalmente consiguió
juntar Ozzy para el disco tampoco estaba nada mal: Zakk Wylde a las guitarras, Geezer Butler (Black Sabbath) al bajo, Rick Wakeman (Yes) a los teclados y Deen Castronovo a la batería. Sería la primera y
última vez que Ozzy conseguiría esa formación, ya que
durante la gira fueron saliendo y entrando diferentes músicos.
El disco se abre con la melodía de la célebre serie de los años 60 Perry Mason dando paso a uno de los mejores temas del disco. El tema trata sobre los estragos que dejan las drogas en los consumidores y familiares cercanos e ironiza con quien puede poner fin a tan destructiva lacra… pues Perry Mason!! que siempre gana todos sus casos.
Junto a Perry Mason son Thunder
Underground y My Jekyll Doesn't Hide
los temas más netamente heavies del
disco, con esas guitarras densas y pantanosas tan típicas de Wylde, que está enorme, sobre todo en los
solos.
Aunque lo que prolifera en el disco
son los medios tiempos, algunos de ellos realmente inspirados como I Just Want You, Tomorrow, Denial (con inquietantes
teclados y gran estribillo fantasmagórico marca de la casa) o la emotiva See You On The Other Side, compuesta junto a Wylde y Lemmy Kilminster. De hecho Ozzy y Lemmy ya habían colaborado anteriormente con I Ain't No Nice Guy y Mama,
I'm Comming Home.
Old LA Tonight, todo un homenaje a la ciudad de Los Angeles, cierra elegantemente el disco con los magistrales teclados de Wakeman y una melodía vocal que recuerda vagamente al clásico Goodbye To Romance.
Cuando Ozzmosis se editó recibió bastantes críticas negativas: en parte
por la abundante cantidad de medios tiempos y, sobretodo, por la excesivamente pulida
producción a cargo de Michael Beinhorn,
uno de los productores de moda en aquella época (produjo nada más y nada menos
que el Superunknown de Soundgarden).
A pesar de todo resulta ser un muy
buen disco que, a finales de 1995, consiguió vender casi un millón de copias
solo en USA y puso de nuevo a Ozzy
en el candelero. No está nada mal para una vieja gloria del heavy metal en plena década del grunge.
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