Mientras gran parte
de los seguidores de Lanegan
esperamos la reunión imposible con Screaming
Trees (nunca se sabe...) éste continúa publicando discos con su banda. Phantom Radio nos ofrece diez nuevos
temas intimistas con los que va alimentando su atormentado personaje,
pero siempre dejando un halo de luz y esperanza al final del túnel.
A diferencia de su
anterior Blues Funeral, aquí
predominan los sintetizadores. Las bases programadas se apoderan de los surcos
de casi todas las composiciones. Para la grabación del disco Lanegan ha contado con una aplicación móvil,
Funk Box, para generar los patrones
de algunas de las canciones. En algunas ocasiones el invento funciona, en otras
no sale tan bien parado y llega a descolocar un poco. Es el caso del tema Seventh Day, en los que los sintetizadores
un tanto trasnochados se apoderan por completo de la canción y no se sabe bien
bien hacia donde nos quiere llevar Lanegan.
En cambio, cuando Lanegan deja de lado las nuevas
tecnologías y se acompaña de suaves guitarras, como en I Am The
Wolf o Judgement Time, su voz cálida y poderosa vuelve a ser la protagonista absoluta consiguiendo embriagarte completamente.
Uno de los cortes más inspirados es Harvest Home que abre el disco con un texto que es toda una declaración de principios (now black is a color, black is my name).
Uno de los cortes más inspirados es Harvest Home que abre el disco con un texto que es toda una declaración de principios (now black is a color, black is my name).
Death Trio To Tulsa
cierra el disco y es otro de los momentos más inspirados. Es quizás el tema que
más se acerca al Lanegan más rockero, sin dejar de lado los
sintetizadores que siguen adornando el tema pero sin ser los
protagonistas.
Un disco ideal para
hacerlo sonar a media tarde, ahora que los días se hacen más cortos, las hojas
caen y el frio llama a la puerta. Todo muy poético, como le gusta a Lanegan, pero esta vez no ha conseguido
unos resultados tan inspirados como en su anterior Blues Funeral.
Da la sensación de
que este Phantom Radio es un disco
de transición en el que Lanegan
experimenta con nuevas sonoridades.
Quizás con algunas
escuchas más las canciones ganen en matices y profundidad.
En los últimos años he perdido un poco el contacto con Lanegan, es posible que sea momento de retomarlo.
ResponderEliminarSalud.
Saludos Addison. Pues te recomiendo su anterior Blues Funeral que es un pedazo de disco y, como curiosidad, el disco de versiones Imitations.
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