Thunder editaban su disco de debut a principios de 1990. Se iniciaba una nueva década y el rock de corte más clásico empezaba a estar amenazado por la alargada sombra del mestizaje, lo alternativo y del Grunge. Pero EMI apostó por Thunder, una banda británica que devolvía a los ingleses aquello que nunca debieron dejar de lado: el buen gusto por el hard rock.
Alguna cosa debieron ver los ejecutivo de EMI que, tras una sola audición,
decidieron ipso facto firmar un
contrato con Thunder y lanzar de
inmediato su disco debut con todo tipo de promoción. Mike Fraser y Andy Taylor
(el guitarrista de Duran Duran)
produjeron y remezclaron el disco en el mismo estudio y con el mismo equipo que
el Appetite For Destruction de Guns’N’Roses. No está nada mal para
unos desconocidos ingleses.
El disco suena directo, con una gran producción
pero sin florituras adicionales que pudiesen empañar el resultado final. Rock
directo, con la voz de Danny Bowes y
las guitarras de Luke Morley como
principales protagonistas.
Edición en picture-disc |
Todos los temas son ideales para corear
ante grandes audiencias en estadios llenos a rebosar. Desde She’s So Fine, que
inicia el disco de manera inmejorable con aires de Bad Company, hasta la versión del Gimme Some Loving de Stevie
Winwood (que cierra el disco magistralmente), no hay ni un solo tema de
relleno.
Dirty Love, uno de los singles del disco, es una de las mejores canciones del grupo. Una canción netamente rockera con unas melodías vocales irresistibles y, brillando por encima de todo, la maravillosa voz de Danny Bowes. Ideal para un sábado noche.
Love Walked In es uno de los puntos álgidos del disco.
Un medio tiempo perfecto con una elegante introducción con la voz de Danny Bowes acompañado por la sutil
guitarra acústica de Luke Morley. Una
canción que recuerda a los mejores Whitesnake,
con un tono de voz digno del Coverdale
más sensual.
En An
English Man On Holiday introducen un irresistible piano boogie-boggie que invita a tomarnos una
pinta en el típico pub inglés. Uno de los temas más divertidos del disco, en la
más plena tradición Faces.
Teniendo en cuenta el contexto musical de
aquellos años, el disco tuvo muy buena repercusión. Si se hubiese publicado a
principios de los 80s, a día de hoy, estaríamos hablando de uno de esos discos
considerados incunables.
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