jueves, 24 de marzo de 2016

Lemmy "White Line Fever" Ed.: Pocket Books, 2003. Lemmy Kilmister & Janiss Garza


Hacía mucho tiempo que tenía pendiente leer la biografía de Ian “Lemmy” Kilmister. Tras ver el documental Lemmy reconozco que la dejé aparcada, pero desde su muerte la socarrona foto del viejo Lemmy en la portada de este White Line Fever me miraba desafiante desde la estantería. Sin duda era el momento de leer las aventuras de este, ya eterno, crápula del Rock’n’Roll.

Hawkwind
Leer su biografía es repasar de la mano de Lemmy parte de la historia de la música Rock. Lemmy cuenta con pasión la eclosión de la beatlemanía, sus días como roadie (y camello ocasional) de Jimi Hendrix, sus inicios en la música con Sam Gopal y The Rocking Vicars o las aventuras de ácido y rock espacial con Hawkwinds. Hasta que en 1975 fundó la banda más ruidosa y sucia del mundo: Motörhead.
Sin duda las aventuras de los primeros años de Motörhead es lo mejor del libro. Parece ser que Eddie “Fast” Clarke y Philthy “Animal” Taylor eran como hermanos…todo el día a puñetazo limpio.
La formación clásica de Motörhead
Eddie trataba a la crew como sirvientes y estos, a la que podían, se la devolvían con todo tipo de putadas. Philthy por su parte, siempre acababa con algo roto tras las juguetonas reyertas con la crew. En más de una ocasión tuvieron que cancelar algún concierto o tuvo que salir a tocar con la baqueta encintada a la muñeca. Unos tipos encantadores, vaya.

Y cuando entró Brian Robertson para grabar el genial Another Perfect Day la cosa aún se pone más interesante. Lemmy asegura que reclutar a Robbo fue una de las peores decisiones que ha tomado nunca y define ese periodo como “un año y medio de jodida tortura”.

Philthy, Lemmy & Brian Robertson
Lemmy carga toda su ira contra la industria musical y los sellos discográficos, que desde siempre, le hicieron la vida imposible. Sin ir más lejos el primer disco de Motörhead no fue editado en su momento por culpa precisamente de United Artists. No es hasta mediados de los 90s, con la edición del Overnight Sensation, cuando Lemmy dio con un sello que los tratase como es debido. Especialmente contundentes resultan sus “amables” palabras hacia el sello discográfico de Sony, con los que tuvo muy mala relación: “nadie parece creer ya en la música. La industria se está reinventando todo el tiempo, pero están matando la música. Por lo menos lo intentan pero, mientras yo siga vivo, no voy a dejarlos. Que se jodan!!.Son unos bastardos arrogantes, estúpidos, ignominiosos y olvidables. Si, si…olvidables…porque la gente se acordará de mí, pero todos esos tipos trajeados caerán en el olvido. Que se jodan. ¿Quiénes son? ¿Alguien que trabajó para Sony? Ja, ja ja…lo vais a tener que hacer mucho mejor!”.

Phil Campbell, Lemmy & Mikkey Dee
Ahora que ya no está entre nosotros esta biografía resulta un buen refugio para rencontrarse con ese viejo colega que, birra en mano como si estuviesemos en un pub, nos cuenta con dosis de humor e ironía lo que recuerda de más de 50 años de sexo, drogas y Rock’n’Roll. Y lástima las que no recuerda…es lo que tiene haberse pasado 5 lustros siendo el más bebedor, el más macarra y un gran catador de speed y sus derivados. 

El libro se lee sin apenas darte cuenta y, lo peor de todo, es que Lemmy lo finalizó en 2003 sin dar continuidad a estas memorias. De bien seguro que hubiese tenido material más que suficiente para completar otro volumen. 

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