Hacía mucho tiempo que tenía pendiente leer la biografía de Ian “Lemmy”
Kilmister. Tras ver el documental Lemmy
reconozco que la dejé aparcada, pero desde su muerte la socarrona foto del
viejo Lemmy en la portada de este White
Line Fever me miraba desafiante desde la estantería. Sin duda era el
momento de leer las aventuras de este, ya eterno, crápula del Rock’n’Roll.
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Hawkwind |
Leer su biografía es repasar de la
mano de Lemmy parte de la historia
de la música Rock. Lemmy
cuenta con pasión la eclosión de la beatlemanía,
sus días como roadie (y camello ocasional) de Jimi Hendrix, sus
inicios en la música con Sam Gopal y
The Rocking Vicars o las aventuras
de ácido y rock espacial con Hawkwinds.
Hasta que en 1975 fundó la banda más ruidosa y sucia del mundo: Motörhead.
Sin duda las aventuras de los primeros
años de Motörhead es lo mejor del
libro. Parece ser que Eddie “Fast” Clarke
y Philthy “Animal” Taylor eran como
hermanos…todo el día a puñetazo limpio.
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La formación clásica de Motörhead |
Eddie trataba a la crew
como sirvientes y estos, a la que podían, se la devolvían con todo tipo de
putadas. Philthy por su parte, siempre
acababa con algo roto tras las juguetonas reyertas con la crew. En más de una ocasión tuvieron que cancelar algún concierto o
tuvo que salir a tocar con la baqueta encintada a la muñeca. Unos tipos
encantadores, vaya.
Y cuando entró Brian Robertson para grabar el genial Another Perfect Day la cosa aún se pone más interesante. Lemmy asegura que reclutar a Robbo fue una de las peores decisiones
que ha tomado nunca y define ese periodo como “un año y medio de jodida tortura”.
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Philthy, Lemmy & Brian Robertson |
Lemmy carga toda su ira contra la industria musical y los sellos discográficos, que desde siempre, le
hicieron la vida imposible. Sin ir más lejos el primer disco de Motörhead no fue editado en su momento por culpa precisamente de United Artists. No es hasta mediados de
los 90s, con la edición del Overnight
Sensation, cuando Lemmy dio con
un sello que los tratase como es debido. Especialmente contundentes resultan
sus “amables” palabras hacia el sello discográfico de Sony, con los que tuvo muy mala relación: “nadie parece creer ya en la música. La industria se está reinventando
todo el tiempo, pero están matando la música. Por lo menos lo intentan pero, mientras
yo siga vivo, no voy a dejarlos. Que se jodan!!.Son unos bastardos arrogantes,
estúpidos, ignominiosos y olvidables. Si, si…olvidables…porque la gente
se acordará de mí, pero todos esos tipos trajeados caerán en el olvido. Que se
jodan. ¿Quiénes son? ¿Alguien que trabajó para Sony? Ja, ja ja…lo vais a tener
que hacer mucho mejor!”.
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Phil Campbell, Lemmy & Mikkey Dee |
Ahora que ya no está entre nosotros esta
biografía resulta un buen refugio para rencontrarse
con ese viejo colega que, birra en mano como si estuviesemos en un pub, nos cuenta con dosis de humor e
ironía lo que recuerda de más de 50 años de sexo, drogas y Rock’n’Roll. Y lástima las que no recuerda…es
lo que tiene haberse pasado 5 lustros siendo el más bebedor, el más macarra y
un gran catador de speed y sus derivados.
El libro se lee sin apenas darte cuenta y, lo peor de todo, es que Lemmy lo finalizó en 2003 sin dar continuidad a estas memorias. De bien seguro que hubiese tenido material más que suficiente para completar otro volumen.
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