sábado, 14 de mayo de 2016

Wolfmother - Viernes 13 de mayo, 2016. Sala Apolo, Barcelona

Ya hace más de 11 años que Wolfmother nos sorprendieron con uno de aquellos discos debut espectaculares, con todo lo bueno y lo malo que ello conlleva. Los constantes cambios de formación, la edición de algunos discos irregulares como el New Crown (2014) o el disco en solitario de Stockdale han conseguido que sea difícil seguirles la pista y que, más de uno, los diese por finiquitados. Con su nuevo disco Victorious han vuelto a la actualidad y, lo más importante, a los escenarios.

La Sala Apolo presentaba un lleno considerable y se notaba que entre el ecléctico público había ganas de ver a Stockdale y los suyos. Nada más salir a escena fueron recibidos con una fuerte ovación, clara muestra de que la gente tenía ganas de verles.


Dieron inicio con el tema que da título a su último disco, Victorious, que enlazaron con una monumental New Moon Rising que desató definitivamente la furia contenida entre las primeras filas. Sin apenas dar respiro alguno continuaron con California Queen, seguida por la ya clásica Woman, que fue recibida con un enorme pogo que se repitió en innumerables ocasiones. Wolfmother basaron el concierto prácticamente en los temas del disco de debut siendo, como no, los mejores recibidos. Aunque la entrega de la gente fue constante y apenas mermó ante temas menos conocidos como I Ain’t Got No (que mezclaron con Apple Tree) y How Many Times (del New Crown). Una extensa White Unicorn sirvió para que Stockdale, botella de vino en mano, presentase a la actual formación de Wolfmother entre retazos del Riders On The Storm de The Doors (las menciones al flamenco y a la siesta mejor obviarlos).



El potente trío lo completan Alex Carapetis, una verdadera bestia tras los parches que, con su potente pegada, empujaba al resto de la banda con una inyección de pura energía. Mención aparte merece Ian Peres que no paró quieto un momento combinando el bajo con los teclados, saltando, tirándose por los suelos y animando al, ya de por sí, entregado público. El sonido retro del los teclados de Peres le da ese aire tan deliciosamente psicodélico que tanto echo de menos en su último disco. Aunque fue Andrew Stockdale quien, evidentemente, llevó gran parte del peso del concierto despachando monolíticos riffs, electrizantes solos y cantando en tonos imposibles.

No deja de ser paradójico que Wolfmother hayan facturado un nuevo disco previsible, sin arriesgar un ápice, pero cuyos temas en directo funcionan milimétricamente a la perfección. Stockdale, siempre preocupado por encontrar la fórmula del perfecto hit-single, parece que ha dado con ella, ya que los nuevos temas fueron muy bien acogidos. 


La recta final del concierto fue de infarto con Dimension seguida de Gypsy Caravan (que da nombre al actual tour) para enlazar sin respiro con Where Eagles Have Been, momento en el que abandonaron el escenario.

Regresaron con el guitarra de la banda telonera Electric Citizen para atacar con un Vagabond un tanto deslucido. Con Colossal consiguieron que, de nuevo, toda la sala enloqueciese para acabar por todo lo alto con una atronadora Joker & The Thief, con la que se formó un pogo enorme como hacia tiempo que no veía.




Wolfmother consiguieron salir victoriosos con un concierto salvaje, en el que tanto la banda como la audiencia quedaron exhaustas y satisfechas. Todos contentos. Difícilmente Wolfmother volverán a grabar un disco a la altura de su debut pero por lo menos, en directo, mantienen el tipo.

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