Hasta hace pocos días
solo conocía la faceta de actor de Jimmy
Barnatán. Ni idea de que fuese tan polifacético y se dedicase a escribir
libros (tiene un par publicados hasta la fecha) ni a esto de la música. Tras la
insistencia de un par de colegas de que Barnatán
es una verdadera fiera escénica decidí ir y comprobarlo por mí mismo. Los clichés
son muy malos y yo tenía encasillado a Barnatán
sólo como actor de algunas películas o series televisivas. No las tenía todas,
la verdad, pero tras el conciertazo del pasado viernes en la Escola-Taller de Blues de Barcelona, Jimmy ha borrado de un plumazo la
imagen que tenía de él: este tipo es un verdadero rockanroller, con alma de negro y carisma desbordante.
El pequeño Jimmy crece como un gigante en cuanto
se sube al escenario. Ya desde el primer tema me atrapó con una voz llena de
matices y un gran dominio del escenario. Las constantes bromas y anécdotas que Jimmy compartía con banda y público
dotaron el concierto de gran ritmo: imposible despegar ni un segundo la mirada
del escenario.
Su último disco, Bourbon Church, viene cargado con once magníficas
composiciones de Rhythm’N’Blues, con
lujosos coros góspel incluidos, que adornan elegantemente algunos de los temas.
Y es que Jimmy se crió entre
Santander y New York, donde su abuela lo llevaba habitualmente a las misas de góspel
del barrio de Harlem. Todo ese poso que adquirió de pequeño se nota en la
manera de cantar, de componer y de entender la música. El blues que se marcó junto a Sergio
Gónzalez, una auténtica fiera a las seis cuerdas, fue mágico. Puro feeling. Incluso se atreven con
sonoridades country (I'm Alone) y hasta bossa nova (Strange Fly Of The Bird) saliendo
más que victoriosos del invento.
Jimmy remarcó unas cuantas veces que en l'Escola de Blues se sentía cómo en casa y así es ya que Willi, el director de la escuela, subió a tocar el saxo con ellos. Todo un detalle que quedó de lujo.
Tocaron un buen puñado de temas del nuevo disco (Bad News, Rocking & Swimming & Rocking On, Bourbon Church) que compaginaron con algunas canciones de discos anteriores más alguna que otra versión. Con un enorme Roadhouse Blues, con la que aprovecharon para presentar a la banda, dieron por finalizadas casi dos horas de auténtica ceremonia musical donde el rock, el blues, el funky y soul camparon a sus anchas.
Tocaron un buen puñado de temas del nuevo disco (Bad News, Rocking & Swimming & Rocking On, Bourbon Church) que compaginaron con algunas canciones de discos anteriores más alguna que otra versión. Con un enorme Roadhouse Blues, con la que aprovecharon para presentar a la banda, dieron por finalizadas casi dos horas de auténtica ceremonia musical donde el rock, el blues, el funky y soul camparon a sus anchas.
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