King's X es una de esas bandas musicalmente inclasificables. Alabados por un montón
de músicos y adorados por sus fieles fans pero relegados, inexplicablemente, a
ser una de esas geniales bandas de culto.
La amalgama de estilos que abrazan, donde mezclan acertadamente la calidad
del progresivo, la fuerza del rock y la sensibilidad del gospel ha
sido su mayor atractivo y, quizás también, su mayor lastre.
A finales de los noventa, cuando editaron este magnífico segundo disco, la
compañía de discos Megaforce no supo cómo venderlos, ya que no
encontraron un público concreto. Otra de los estigmas que han arrastrado
siempre es esa etiqueta de rock cristiano, que ellos siempre han
negado. Lo cierto es que en temas como Over My Head o Pleiades hablan
abiertamente de religión. Por el contrario en Mission, cuya intro parece invitarnos a una homilía, critican
duramente a los telepredicadores.
La puerta hacia el mundo de nuestra protagonista, Gretchen